“Villa
Marquesa”
“Cuadro pintado por D. Luis Moscardó Martinez en 1979.”
Hablamos
de una casa que, lamentablemente, al igual que otras villas y casas
antiguas de Alcocebre ya no existe.
El año
exacto de construcción es imposible datarlo, debido a que todos los
archivos referentes a la misma se quemaron durante la guerra civil,
podríamos comenzar a situarla en el año 1800, puesto que la primera
reforma conocida que se hizo fue en 1851.
Lo
primero que vamos a hacer es ubicarla. Se encontraba en la calle del
Barquer, para los de la vieja escuela que no nos sabemos los nombres
de las calles de Alcocebre es la que baja desde el antiguo bar
Bristol, hoy “Repostem”, al actual SPAR. Ocupaba el espacio donde
hoy se encuentran los apartamentos “Mare Nostrum”, el “Mesón
Ximo”, y la tienda de muebles “Alcocebre”.
El
nombre de la casa no fue este desde el principio, de hecho, en sus
inicios se trataba de una Casa que usaba Doña Josefa Salvador
(primera propietaria conocida), a la que en Alcalá se le llamaba
“Maripepa” para poder cambiarse e ir a tomar los baños a la
playa de Alcocebre.
Cuando
Doña Josefina Salvador, Marquesa de Villores, hereda esta casa de
Doña Josefa Salvador, es cuando le aplica el nombre por la que se
conoce actualmente, “VILLA MARQUESA”.
La
casa de baños, sufre varias modificaciones hasta convertirse en una
casa en la que se podía disfrutar del verano en Alcocebre. Como
comentamos al principio, la primera ampliación conocida de la casa
es en 1851, que es el año que constaba en la piedra que coronaba el
dintel de la puerta principal. De esta piedra hablaremos luego.
La
distribución tras la última rehabilitación hecha entre 1920/1930,
(se desconoce la fecha exacta), quedó de la siguiente forma:
Un
amplio hall de entrada a la casa con dos habitaciones para tres camas
cada una. En esta entrada, se encontraba una cisterna (pozo) de agua
potable de gran calidad, los nietos recordamos que nos mandaban a
recoger agua y llenar las jarras para las comidas y cenas, a la
derecha de este pozo otro pequeño salón con una pequeña
biblioteca. La planta baja contaba con un amplio cuarto de baño y
con un patio interior con flores, plantas y hasta un par de palmeras
que daba acceso al lavadero, que contaba con otro pozo, en este patio
interior también había un baño con ducha y una habitación grande
que nosotros utilizábamos muchas veces como “cuarto de juegos”,
y que años más tarde llamaríamos el “Pub”, puesto que de
adolescentes poníamos música y nos sentíamos “independientes”
del resto de la casa.
Tras
dos tramos de escalera (un tramo de madera, el primero, y otro de
ladrillo con un gran tragaluz en el techo) se accedía a la planta
superior en la que encontrábamos un salón, un comedor, cuatro
dormitorios y una cocina. Mención especial a las tres grandes
terrazas con las que contaba la casa y que los bisnietos de Josefina
Salvador nos gustaba decir que “se podía jugar al tenis en ellas”.
La
casa contaba también con un garaje con capacidad para cuatro coches,
al que se podía acceder por otra escalera desde el pasillo que
llevaba a la cocina.
Villa
Marquesa se cedió en alguna ocasión para que habitantes de
Alcocebre celebrasen allí sus comuniones.
Los
límites “originales” de la propiedad iban más allá de la
propia casa, ampliándose, hacia el sur hasta lo que hoy conocemos
como Apartamentos San Miguel (este terreno se vendió a la familia
Mañes). Hacia el oeste, la propiedad llegaba hasta el Renc (este
terreno se cedió al ayuntamiento y a Emeterio Cuesta (marido de la
popular Carmeta). Hacia el mar, hasta el Cami l´Atall. Tras la
guerra civil, la propiedad se limitó a la casa y un patio vallado
con una curiosa forma en punta hasta lo que hoy sería la “Pizzeria
Sam”. Viendo estos límites se entiende que los primeros
propietarios de la casa, cerrasen con una cadena lo que hoy es la
calle del Barquer y que la familia Puig, propietaria de la casa
situada al final de la calle, solicitase “permiso” para abrir una
ventana con vistas a esta calle, permiso que por supuesto les fue
concedido.
La
ubicación de Villa Marquesa y la escasez de construcciones
relevantes en Alcocebre en sus inicios, otorgaban unas vistas
privilegiadas de la playa, se podía divisar desde la playa del
“Cargador” hasta la “Roca del Moro”. Como anécdota,
mencionar que entre las casas de los García Petit, los Vilanova y
Villa Maquesa la comunicación era a “pleno pulmón”.
Mª Dolores Revenga en la terraza con vistas a la playa del
Cargador)
El apellido Salvador, debido al matrimonio que su hija Dolores Selva Salvador contrajo con José Luis Revenga perdió relevancia en Alcocebre a favor del apellido Revenga.
Mis abuelos Dña. Dolores Selva Salvador y D. Jose Luis Revenga
en Villa Marquesa.
Los miembros más jóvenes de esta familia que siguen viniendo a Alcocebre suponen ya la sexta generación.
En los
últimos años de existencia, años ´70 /´80, “Villa Marquesa”
se convirtió en el centro de numerosas fiestas infantiles
protagonizadas por los miembros más pequeños de la familia y los
amigos de estos como los Pinna (de Madrid) y los Bosch (de
Castellón), en cuyas casas también se celebraban estas fiestas, por
cierto, familias que a día de hoy siguen viniendo a Alcocebre y que
vivían en los apartamentos que se construyeron al otro lado de la
calle. Solo con estas tres familias, ya se juntaban 13 niños a los
que había que sumar aquellos que se conocían en cada verano, los
primos de algunos, amigos que pasaban el verano aquí… etc.
Fiesta de disfraces en Villa Marquesa. Dña. Mª Dolores
Revenga, mi madre, y sus hijos, Luis, Yoyes, José, Blanca y Pedro
Moscardó.
D. Luis Moscardó, D. Carlos Pinna, D. Manolo Idiarte y D.
Juan Bosch en una de las fiestas “infantiles”
Las familias nombradas en el párrafo anterior, aún mantienen contacto.
“Villa
Marquesa” y el terreno que ocupaba fueron vendidos en los años ´80
a unos inversores de Bilbao, haciendo de intermediario Don Jeremías
Pauner Roca, dueño del “Hotel Jeremías”. Los muebles de Villa
Marquesa e incluso el dintel de la puerta principal, (que incluía
nueve piedras de Sillería, la del centro con la fecha del año de
construcción grabada) se guardaron por cortesía del Sr. Pauner Roca
en los bajos del “Hotel Jeremías”. Durante unos años, algunos
muebles y cuadros fueron utilizados por dicho establecimiento y se
podían ver en sus salones o recepción, el dintel se colocó en la
puerta de entrada del hotel (ver foto adjunta del dintel en la casa y
luego en el “Hotel Jeremías”)
El
cariño de la familia Revenga por Villa Marquesa nunca desapareció,
y llevo a José Moscardó, nieto de Dña. Dolores Selva y D. José
Luís Revenga a conseguir recuperar la piedra principal del dintel 30
años después, quien la trajo de nuevo “a casa” para sorpresa y
gran alegría de su madre Mª Dolores Revenga, y de su tía, Josefina
Revenga.
Algunos
de los que escribimos este blog vivimos en esta casa los mejores
momentos de nuestra infancia, y aunque hace más de 25 años que se
derribó, nos cuesta pasar por su antigua ubicación sin poder evitar
mirar de reojo y sentir una gran nostalgia.
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